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Foto del escritorJuan Cardelús Ruiz-Alberdi

Los 10 consejos de Azorín para el buen político

Un astronauta con frac y sombrero paseando por una base espacial representando al figura del buen político

Hace más de 100 años, Azorín escribió un conjunto de 47 atributos para definir lo que debe ser un buen político. Su enfoque estaba lejos de pensar en "clickbait" o titulares llamativos, pero su lista de consejos sigue siendo más relevante que nunca. A lo largo de "El político" de 1908 se desglosan las cualidades que se debe tener para ganar el respeto y la confianza de la gente. Y aunque podrían haberse quedado en el olvido, los tiempos y las circunstancias han hecho que estos consejos sigan tan vigentes como siempre.


Ahora, sabemos que 47 consejos pueden parecer demasiados, sobre todo para una era donde todo tiene que ser rápido y al grano. Así que, para hacerlo más digerible y, sinceramente, más atractivo, hemos reducido la lista agrupándolos en 10 cualidades clave. De esta manera, no solo entendemos mejor lo que quería transmitir, sino que además lo hacemos sin perder el foco ni la paciencia. Un pequeño resumen para las nuevas generaciones de polítikos.


1. Fortaleza y equilibrio personal

El buen político es como un roble: sólido y resistente ante cualquier tempestad. Cultiva la fortaleza física con hábitos saludables, porque entiende que un cuerpo fuerte respalda una mente lúcida. No se deja abatir por la adversidad; mantiene su equilibrio emocional incluso en los momentos más críticos. Sereno y seguro de sí mismo, es capaz de guiar a otros con firmeza sin perder la humanidad. Sabe dosificar su energía, actuar con calma y conservar un enfoque constante, sin ceder a las dudas ni al caos.


2. Discreción y moderación

La discreción es su mayor virtud. Sabe escuchar más de lo que habla, evitando palabras innecesarias que puedan desviar su propósito o traicionar su confianza. Es moderado en sus gestos y decisiones, equilibrando cortesía con una distancia estratégica que lo distingue. No se deja llevar por la impulsividad, y cuando comete errores, tiene la habilidad de corregirlos con elegancia, evitando dañar su imagen o su entorno. Se mantiene lejos de los escándalos y siempre elige el camino de la prudencia, proyectando una autoridad tranquila y mesurada.


3. Elegancia y sencillez

La elegancia en un político no está en la ostentación, sino en la sencillez. Su vestimenta y comportamiento reflejan una mezcla de naturalidad y cuidado, proyectando respeto y autenticidad. Evita el exceso y los adornos innecesarios, destacando por su compostura y equilibrio. Acepta las distinciones con humildad, sin caer en la falsa modestia ni en el ansia de protagonismo. Su serenidad y porte transmiten una autoridad silenciosa, y su atención al detalle refuerza la impresión de un liderazgo confiable y cercano.

un dibujo de una lechuza que representa los atributos del buen político de fortaleza, equilibrio personal, discreción, moderación, elegancia y sencillez
La lechuza, guardiana del equilibrio, sabia y discreta.

Agrupación de los consejos de Azorín:

1. Fortaleza y equilibrio personal:

  • Fortaleza (I).

  • Serenidad en la desgracia (XXIII).

  • Espíritu y fervor (XXIV).

  • Conservarse en el fiel (VIII).

  • No dudar de sí (XLV).

  • La balanza del yo (XXVIII).


2. Discreción y moderación:

  • No prodigarse (III).

  • Virtud de la eubolia (IV).

  • Remediar la inadvertencia (VI).

  • No tener impaciencia (VII).

  • Desdén para el elogio (IX).

  • Fingir conformidad (XXVI).

  • Evitar el escándalo (XLIV).


3. Elegancia y sencillez:

  • Arte en el vestir (II).

  • Aceptar distinciones con sencillez (XI).

  • La faz serena (XXXIII).

  • Retozarlas sin empeñarse (XXXIV).





4. Astucia y adaptabilidad

El político debe ser un estratega nato, combinando la fortaleza del león con la astucia de la vulpeja. Como Maquiavelo aconsejaba, sabe cuándo imponer autoridad y cuándo maniobrar con habilidad para esquivar los peligros. Lee entre líneas, entiende las dinámicas del poder y adapta sus movimientos a cada situación. Es hábil para insinuarse y ganar confianza sin ser invasivo, dominando el arte de manejar relaciones con tacto. Este equilibrio entre fuerza y sagacidad lo convierte en un líder difícil de superar, siempre preparado para lo inesperado.


5. Conocimiento profundo del entorno

Un verdadero político no vive aislado de su entorno. Conoce a las personas que lo rodean: sus intenciones, fortalezas y debilidades. Escucha con atención y se interesa por los problemas reales del pueblo, entendiendo las necesidades y aspiraciones de quienes lo siguen. No se deja engañar por adulaciones ni rumores; se esfuerza por obtener una visión clara y completa de la situación. Su capacidad para observar y analizar lo convierte en un líder informado, que actúa con criterio y sensibilidad hacia las realidades humanas.


6. Resiliencia ante el ataque

El político está hecho para resistir. Ante los ataques personales, las críticas feroces o las provocaciones públicas, mantiene su compostura. Su impasibilidad no es indiferencia, sino una muestra de autocontrol absoluto, que desconcierta a sus detractores y reafirma su autoridad. Sabe que las pasiones del momento son efímeras y que el tiempo, con paciencia, revela la verdad. Incluso cuando la situación parece insostenible, se rehúsa a reaccionar impulsivamente. Su serenidad inspira respeto y fortalece su posición como líder.

un dibujo de una zorro que representa los atributos del buen político de astucia, adaptabilidad, conocimiento profundo del entorno y resiliencia ante el ataque
El zorro, maestro del cambio, siempre un paso adelante.

Agrupación de los consejos de Azorín:

4. Astucia y adaptabilidad:

  • Sepa desentenderse (V).

  • Derecho y fuerza (XV).

  • El león y la vulpeja (XVI).

  • Gracián y la vulpeja (XVIII).

  • Saavedra Fajardo y la vulpeja (XIX).

  • Feijoo se ríe de los canes (XX).

  • Manera de insinuarse (XXI).


5. Conocimiento profundo del entorno:

  • Conozca a las gentes que le rodean (X).

  • Acordarse del capelo de Lerma (XXV).

  • Mañas en escuchar (XXXI).

  • Juicio sobre las personas (XLI).


6. Resiliencia ante el ataque:

  • Esté impasible ante el ataque (XIV).

  • Contradicciones (XII).

  • Renunciar en sazón (XLII).






7. Innovación dentro del orden

El cambio es una constante, pero el buen político sabe que debe ser introducido con cuidado. Innovador, pero respetuoso del orden establecido, busca mejoras que no alteren el equilibrio social. Destaca por sus ideas y por saber cuándo y cómo aplicarlas. Sus "rasgos" personales, esos actos memorables que combinan ingenio y audacia, refuerzan su lugar en la historia. Es un líder que avanza sin romper, que renueva sin desestabilizar, y que deja huella sin provocar caos.


8. Ética y contradicción

La vida está llena de contradicciones, y un político sabio las acepta como parte de su evolución. Reconoce que los valores absolutos rara vez existen y que la ética debe ajustarse a las circunstancias. No teme rectificar cuando se equivoca ni adaptarse a nuevas realidades. Por encima de la rigidez, prioriza el sentido común y el bienestar general, equilibrando la ley escrita con la justicia moral. Este pragmatismo ético lo convierte en un líder flexible y humano, capaz de enfrentar los dilemas más complejos con integridad.


9. Fomento del espíritu crítico

El político no solo lidera; también reflexiona. La lectura de los clásicos y el análisis de los tiempos actuales le permiten comprender mejor las dinámicas del poder y del alma humana. Cultiva el hábito de aprender continuamente, buscando nuevas perspectivas y escuchando atentamente a quienes lo rodean. Con una mirada crítica hacia el presente y el futuro, guía a su comunidad hacia caminos más sólidos, valorando tanto la tradición como la renovación.


10. Autodominio emocional y estratégico

Cada palabra, gesto y decisión de un político tiene un propósito. Por eso, controla sus emociones y planifica sus movimientos con precisión. Sus discursos son cuidadosamente preparados, y su habilidad para adaptarse a las circunstancias asegura que siempre esté un paso adelante. Incluso en los momentos más tensos, proyecta calma y confianza. Sabe cuándo retirarse para reflexionar y cuándo avanzar con fuerza contenida, demostrando que el liderazgo no solo es acción, sino también estrategia y visión.

un dibujo de una cuervo que representa los atributos del buen político de innovación dentro del orden, ética, contradicción, fomento del espíritu crítico, autodominio emocional y estratégico
El cuervo, renovador estratégico, guía con visión crítica.

Agrupación de los consejos de Azorín:

7. Innovación dentro del orden:

  • Innovador dentro del orden (XXVII).

  • Tener algún rasgo (XXII).

  • Los valores nacientes (XXXV).


8. Ética y contradicción:

  • Contradicciones (XII).

  • El enigma del honor (XXIX).

  • Valor de las máximas (XLVII).


9. Fomento del espíritu crítico:

  • Libros que ha de leer (XXX).

  • La lectura de los clásicos (XL).

  • Los hombres de mañana (XXXII).

  • Huir de la abstracción (XXXVI).

  • Elogio del tiempo (XLIII).


10. Autodominio emocional y estratégico:

  • Del discurso y su preparación (XXXVIII).

  • Realzar las circunstancias (XXXIX).

  • La fuerza contenida (XXXVII).





¿Te consideras un buen o buena polítik@?


Con esto llegamos al final de los 10 consejos de Azorín para el buen político. A pesar de que estos fueron escritos hace más de 100 años, siguen siendo increíblemente relevantes hoy en día. En tiempos en los que la política parece más polarizada que nunca, estas ideas nos recuerdan la importancia de cualidades como la humildad, la astucia, el equilibrio y la capacidad de escuchar. En Politikea buscamos que todos los ciudadanos nos convirtamos en ese ideal de político que imaginaba Azorín para conseguir un futuro mejor a través de consensos. ¿Te animas a proponer cambios? ¡Únete a la comunidad!

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